domingo, 9 de marzo de 2014

POLLOCK’S FOREST



A medida que avanzo, las zarzas se van cerrando. Con las manos a modo de visera, me protejo la vista y continúo. De refilón hay negro, blanco, amarillo; los espinos van vistiendo los jirones de mis ropas. Me lastimo; brota el rojo en espesos retazos de  sangre. Ya casi no queda espacio, pronto nada quedará. Ni siquiera un ínfimo punto al que poder fugarme.


©Mariángeles Abelli Bonardi
En Twitter soy @queenmab1974

Cuadro elegido: JACKSON POLLOCK

7 de marzo de 2014



Con este microrrelato participo en "Trabajando con los sentidos 3", la propuesta creativa del blog El Fantasma de la Glorieta. Para ver de qué se trata, hagan clic en http://elfantasmadelaglorieta.blogspot.com.ar/2014/03/trabajando-con-los-sentidos-3.html

6 comentarios:

  1. Buenísimo, Mariángeles. Me encanta ese meterse dentro del cuadro, el como aparece el rojo de sangre. Has dado profundidad a la imagen; ya no puedo ver igual el cuadro después de tu historia.

    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  2. Si es así, SARA, quedo más que contenta, porque esa profundidad a la que aludís es la que yo le intuía al cuadro de Pollock. Meterme adentro fue la única manera de contar la historia que me evocaba, y a juzgar por tu comentario, parece que lo conseguí.

    Otro abrazo para vos.

    Cariños, M.

    ResponderBorrar
  3. Se diría que el cuadro parece pintado basándose en tus percepciones y no al revés.
    Felicidades, Mariángeles.
    Beso!

    ResponderBorrar
  4. ¡Qué bueno que así te lo parezca, BEA! (Habría que ver qué diría Pollock de mi texto, pero me temo que ya es tarde para preguntarle, jajaj). Muchas gracias por la felicitación y el comentario.

    Otro beso para vos, M.

    ResponderBorrar
  5. Adhiero a los comentarios anteriiores en lo que se refiere a la profundidad del relato, y agrego la sensación de agobiante opresión y encierro que describen tus zarzas.
    Como siempre me encanta leerte y releerte a través de los comentarios. Besos Ma

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Y a mí me encanta que me leas y releas, MA quedida. Ese agobio, esa opresión de la que hablás es la misma que yo vi en el cuadro; creo que de ahí surgió la evocación del bosque de zarzas.

      Qué lindo que hayas pasado a comentar.

      Besos, M.

      Borrar