miércoles, 18 de febrero de 2015

Gladiola

Gladiola (Foto: Mariángeles Abelli Bonardi)

  Cuando no hay nadie, despliego mis alas y dejo los tules al capricho de la brisa. Vuelo con los gorriones, bendigo el jardín, fijo la resolana en la pared. Y entonces las veo venir, y me doy cuenta de lo rápido que ha pasado la mañana.
  Antes de que lo noten, vuelvo a mi cantero, a pararme inmóvil en la punta del tallo.
  Se sacuden la playa de los pies y preparan el almuerzo. Posada en la sombra, las miro hacer. La más joven pone la mesa, y al llegar a la ventana se detiene. Desaparece por un momento y reaparece con la cámara en mano. Sonrío contenta. La brisa me agita y ensayo un saludo. No hay dudas, ella me ha visto. Ha visto más que una flor. 

©Mariángeles Abelli Bonardi
Playas Doradas, 11 de enero de 2015

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho el punto de vista de esa flor, tan particular, sensible y llena de vida.
    Abrazos

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    1. A mí también, ÁNGEL, tal es así que las dos quedamos contentas: yo le saqué la foto y ella me regaló la historia.

      Otro abrazo para vos, M.

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