martes, 13 de diciembre de 2016

Un pobre diablo en el baldío


Sólo lo acompaña una radio roída por el tiempo. Ata sus cosas con piolín y, con porte torpe, trapea la tapera. Deja que sus miedos bailen en la niebla. En el baldío, contra el cartón, Plinio bebe una ración de rancio vino. 

©Mariángeles Abelli Bonardi
Diciembre 2016


Con este microrrelato de mi autoría participé en la lluvia de micros de Córdoba breve. La foto fue tomada de la web.

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